domingo, 1 de junio de 2008

Sentir y aprender...Vivir aprendiendo.



Nuevamente tras la luz naranja, como el fuego que arden en una hoguera en medio de la noche. Forasteramente reposada, cubierta con su hermosura, complacida de tenerte y ser parte de tu habitad, reclino mi cuerpo en esa arena humedad ante el penetrar de las aguas del Mar, en su baile con las mareas rendidas al moverse de la luna.
En cada tentativa de asomarse a tierra, para seguir la estela que la luna va dejando ante su llegada, en la despedida del sol que envolverá otros paisajes en un amanecer.
Me pregunto si es que hay un amanecer realmente o una puesta de sol, pues indiscutiblemente no existe ninguna de las dos, más que en el lenguaje humano.
En el lenguaje literario que adorna los sentimientos y los colorea con cada color que ellos evocan.
Hay una camino que recorrer una y otra vez. Así es, y no es la luna ni el sol quien con magia nos alumbra, es el rodar de la tierra que en su movimiento va acoplándose, al instante mismo.
Mientras un lado de su cuerpo esta de cara al sol, el otro duerme ante la oscuridad del infinito.
No negare la magia que envuelve cada compás del tiempo, no echare con cajas destempladas que cuando el sol esta presente un mágico pliegue de colores abruma la vista del más pensante de los hombres.
NI siquiera lo que este ocaso siembra en lo más intimo de mi Ser.
Mi vida por si sola es esa tierra que en su recorrido va zurciendo una historia que no conoce de laderas, planicies, historia que se han avenido sobre cuestas pedregosas dónde he trepado una y otra vez un peñasco.
Unas veces provistos de filos lacerantes en los que he tenido heridas. Otros con aristas tan pulidas, que muchas veces de concebirlos tan fáciles, apenas me he resbalado en ellos, debiendo nuevamente iniciar la cuesta.
Otros carente de piedras en dónde he logrado mucho, acortando caminos en el tiempo, pues no tuve que detener mis pasos para tentar el prorrumpir.

En un instante de mi vida, debí aceptar el adiós de quien ame, y con quien mil sueños a largo tiempo idee, sin entender motivo, tuve que verle con maletas en mano decirme adiós por el desamor.
Creo que le costo mucho esa decisión, o al menos pretendo pensar que si, pues sabia que al cerrar esa puerta, una mujer se desplomaría al suelo, ahogándose en el llanto por la perdida,.
Se aprende a vivir sola, se aprende a ver la cama vacía, a no tener quien se pose en esa almohada que una y otra vez nos empeñamos en abrazar tratando de rozar la silueta de quien tanto se amo y mis murmullos y besos en una piel dejo.
Se aprende a llegar a casa, encender la luz pues nadie te espera, y a ponerle la llave a la puerta y pasar cerrojo porque sabes que detrás de ti nadie mas volverá a entrar.
Se aprende a llenar los espacios dedicados a otro, a mirarte al espejo y si antes luego de un baño nunca te tumbaste sobre la cama, tan solo con la toalla cubriéndote el cuerpo. Pues muchos momentos se viven entonces mirando al techo pensando, buscando esa respuesta que jamás alguien te dara, porque nada mas complicado que las razones de un Ser Humano para entenderlas.
Dos hijos los que crie de igual manera, dos personalidades totalmente opuestas, dos emociones divergentes, sin negar el orgullo que siento por ambos, el ser su madre y ellos mis hijos. Más distintos, como distintas fueron las emociones, alegrías y tristeza que con ellos me haya emocionado, o vivido.
Creo que el don más fulgurante que alguien pueda guarecer en su alma, es la confianza, yo diría ese llevar del alma y del corazón a puertas abiertas, sabiendo que quienes amas, entraran y saldrán con la libertad que dejaran en su paso todo cuanto hayan visionado.
Voy a detenerme en la Confianza y buscarla en el diccionario, a modo de ver que de cierto digo y siento de ese diamante que al romperse, jamás será igual sin dejar de ser una gema preciosa.
1. Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.
2. Seguridad que alguien tiene en sí mismo
3. Presunción y vana opinión de sí mismo.
4.Ánimo, aliento, vigor para obrar.
5. familiaridad (ǁ en el trato).
6. Familiaridad o libertad excesiva. U. m. en pl.
7. desus. Pacto o convenio hecho oculta y reservadamente entre dos o más personas, particularmente si son tratantes o del comercio.
de ~. loc. adj. Dicho de una persona: Con quien se tiene trato íntimo o familiar.
2. Dicho de una persona: En quien se puede confiar.
3. Dicho de una cosa: Que posee las cualidades recomendables para el fin a que se destina.
No me equivoque realmente. CONFIANZA.
Vuelvo a mi mundo nuevamente, en el correr de las calles, en el regreso a casa sin esperar encontrar nada fuera del orden en que le deje, en un encender de la luz cerrando la puerta, con la certeza y la confianza de poder Ser lo que siempre fui.
Sin el temor de no haber dado lo mejor de mi.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana