martes, 27 de mayo de 2008

Dejándo memorias....


No se si renaciendo en el ocaso, pueda llamarse memorias de alguien o para alguien, creo que no es el fin de ellas, mas bien es el inicio de comenzar por algún lado, sentarme entre los arboles de este entramado llamado viva, dejar que el sol en el crepúsculo penetre su follaje, arrullándome, para hacerme mirar el mundo desde otro horizonte, desde otra perspectiva, otros aires, poder mirar en el horizonte los sueños que deseo emprender, con el saco cargado de recuerdos que jamás podre dejar atrás.
Muchos buscan en terapias, o medicina alterna, la cura a sus fracasos, a sus angustias, a sus miedo, yo pretendo en la soledad conmigo misma, silenciar las preguntas sin buscar respuestas a la sencilla palabra Vivir.
Creo que letras forman tan sólo un abecedario, unidas hacen palabras encontradas en un diccionario con significado propio, forman frases que cualquier gramática enseña a formar, a concatenar tanto morfológicamente como en la sintaxis, pero este aglomerado y parafrasear son diferentes.
Son el sentir de alguien que lucha por dar sus pasos sin alejarse de lo que lleva en sus manos como legado aprendido, de principios de usanza templados con lo que ha vivido.
Haber crecido, cobijado por los brazos de familia, dejarlo todo por seguir a quien se ama, formando nuestras raíces, mantener sueños años tras años, tan sólo pretende en la mitad del camino reposar de lo mucho que ha forjado, jamás se replantea una vida nuevamente sin lo que creyó autentico, verdadero y de más valor.
Crecer y aprender es el primer reto ante la ausencia de lo que amamos, primero los hijos que emprenden vuelo, surcando sus sueños, siempre presentes pero ausentes a la vez. Lo que jamás esbocé a largo tiempo, era sentir en carne viva el desmoronar de una pareja, de saber que no fue todo como lo creí, como lo sentí.
Pues no se en que instante del camino, la pendiente se bifurco y cuando me creí acompañada, al mirar a los lados simplemente me vi en solitario.
Quiero sentarme allí junto al árbol milenario, abrazarlo, para de el tomar el arraigo y la fortaleza, entre las hojas rojizas mirar el tiempo como un reloj de arena, no para quedarme mirando cuanto falta para culminar el tiempo, sino apresurarme ante la estremecida y salir del letargo en que cada perdida nos hunde.
A pesar de cada angustia, temor, siempre pude abrazar algo que me gritará, no te quedes atrás ese dolor es mayor al tuyo, esa perdida es más dura, que la que sientes inmensa por pertenecerte. Aprender a mirar y a entender que nadie es de nadie realmente. Que se aprende a vivir en solitario, porque solo realmente nunca estamos.
Y si hoy no tengo compañía, pues vasta con sentarme en la banca de un parque e iniciar una conversa, con alguien que como yo se deleita contemplando los cisnes en el agua, o tan sólo el sentir la brisa del aire seduciéndose con su frescor, en una tarde ardua de calor.


Tal vez, los poetas y escritores, se tornan ávidos en el arte de escribir y el de hacerse de pensamientos, pues han aprendido lo que es no tener al lado a quien decir de sus sentires. Ni a quien dejar sus memorias.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana