sábado, 23 de enero de 2016

Somos dos habiendo sido uno.



Si el silencio reviste mi alma.
Si tan solo no quiero decir palabras
Es ápice olvidado y obscuro
Es musa moribunda que aletarga su tiempo
Que sana las heridas, y se aísla del miedo.
Renazco de las sombras y me envuelvo de luz
Busco en el tiempo. El tiempo perdido
Miedos acorazados que emergen de la penumbra
Porque siempre vivirá en mí el deseo, el sueño
Realidad única que solo existe y cohabita conmigo en los sueños.
Partidas sin retorno, el tiempo aniquilo los días para seguir siendo
Esencia de incienso, humo que sutilmente se eleva al infinito
Donde no estas presente, porque caminas en sendas incógnitas.
Existen ausencias de miedo, pensamientos que crean un talvez.
Nada será igual, como llenar el vacío que permitiste construyera un muro contenedor.
Somos dos habiendo sido uno.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana