Hay instantes que
me siento como él, esta trama existencial, en busca de algo, de una simple
razón. No hay espacio para mis renuncias personales, más jamás exigí que
alguien lo hiciera por mí.
Creo haber sido
honesta, y haber estado presente cuando se me ha pedido estarlo. La vida nos
colma de experiencias, de guerras constantes, de caminos inciertos, pero el
futuro es indeleble como los sueños.
Pretender
adivinar el mañana es desprestigiar el presente. Y si decidí un sendero, si un
día hice una promesa, trate de cumplirla. Lo que no puedo atar, son los sueños
de otros, no puedo moldar la vida de nadie, sus ideas por más incongruentes que
me puedan parecer, no puedo borrar el pasado ni sus secuelas. Pero no puedo permitir que ellos tampoco
manipulen mi verdadero deseo de ser quien soy.
No existe una única
persona que pueda decir que la haya perjudicado, despierto cada día con el
rostro levantado orgullosa de lo que he sido hasta hoy, seguiré siendo la
eterna soñadora de que deambula entre las bondades del vivir.
Mismo con el corazón divido, trato a diario de conciliar mis añoranzas. No estas junto de mí, as alejado tu mano de la mía. Pero no me has robado mi esencia. Quiero seguir mirando el horizonte como el camino y mi arcoíris el puente. Los sueños mis metas, mi lucha seguir siendo quien soy.