
Subida sobre mi mundo, voy rodando
en busca sin pretender hallar
más si de llegar a mi puerto final.
Dónde recorra de tu mano
Los diques del alma, del sentir, del amar
Noches de luna, días de sol eterno
Miles de aves sobrevolando nuestro espacio
Una gaviota a la orilla, mirándonos extasiada
Un café, un vino tal vez, quien sabe
Pues voy rodando y sus giros no conozco
Lo dejo a la merced del mañana
Pues ella no me inquieta-
Rodar libremente en el gramado
Y caer sobre tu cuerpo en la certeza que me espera
Mientras los cisnes nos contemplan
En las márgenes del lago
Un mundo que no recorro,
Pues me alza cada mañana
Regalándome la vida, la esperanza, los sueños
Y en ellos estas tú que me arropaste con dulzura
Quiero a tu lado pasear por los bosques
Mirando las liebres que surgen de la nada
Sentir el viento ondear en mis cabellos
En la libertad que abrazo, sintiéndome odalisca