martes, 21 de octubre de 2008

Un murmullo en el Aire


Puede que la vida pase y no me percate de ello,
puede que el tiempo transcurra sin darme cuenta,
pero lo que jamás podre ocultar, es el horizonte mismo.
Esos colores naranjas y ocres donde los sueños reposan
y dónde la vida se recoge para una vez más levantarse
con la certeza de un nuevo despertar.

Puede que silencie mi voz, acalle mi garganta,
pero lo que no podré jamás, es silenciar el sonido de las aves
que regresan a sus refugios para descansar en el ocaso
y salen en el alba antes que el sol en bandadas,
abriéndose en el cielo recorriendo el lecho del rio.

Puedo ensordecer, pero jamás silenciaré el murmullo del alma
Puedo no mirar lo que me rodea, pues cierre mis ojos
pero siempre sentiré la caricia del sol calentándome la dermis
el roce del viento, corriendo en mi rostro
La vida y el mundo, transcurre lentamente con sabiduría
porque jamás será primavera después del Invierno
Ni nadie edificara mis sueños.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana