lunes, 6 de octubre de 2008

En medio de la noche más oscura....

Miro el destello de mil farolas en la noche donde la oscuridad
no deja ver más que el reflejo de mis pupilas.
Y esa luz no es la precisa para caminar
menos aún deambular por un mundo cargado de piedras
que se deben sortear, para no lastimarnos.
Sera que las noches oscuras son el látigo,
que golpea a las estrellas, desviándonos de ellas.
Como gritar lo que siento,
si en cada hecho no ves lo que soy, el donde estoy y el que siento
Y una vez más un peñasco golpea mis pasos, tirándome al suelo.
Oscuridad que como vendaval agrieta el cristal de mi alma.
Y me da justo en dónde mas duele su golpe certero.
Es cuando me pregunto porque la noche se empeña
nn robar el brillo y la luz a las estrellas.
Es como caminar en un laberinto sin sentido, un juego de pensamientos
que no nos lleva a ninguna parte
pues pareciera ser un reto el buscar y hallar la salida.
Sin darnos cuenta que en ello se nos va la vida.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana