sábado, 9 de agosto de 2008

Una historia de hadas en tiempos reales.

En cada recorrido, voy mirando el trayecto
de una vida que deseo que se mantenga en lo mas alto de mis sueños.
Creo que ese deseo de ser y seguir siendo, lo que siempre he sido hasta ahora.
La eterna soñadora, que vislumbra en el caminar silente
la esperanza, y si de la nada logro esbozar un sueño
pues será en el, dónde concentre mi atención,
para luchar en cada amanecer porque el mismo sea palpable.
He mirado rostros y en cada uno de ellos
he tratado de encontrar la esencia de sus sentimentos.
Pero en este instante dónde me encuentro con mis raíces,
he podido palpar una forma de Amar, tan hermosa,
que parece arrancada de un cuento de hadas.
Una hermosa historia de dos seres
unidos por el lazo fuerte del sentir, fieles testigos
del significado del concepto de Amar.
Rien entre ambos de sus picardias secretas
sufren unidos cuando uno de ellos adolece.
Tratan de ser, siendo lo que siempre han jurado ser
Unidos hasta que la muerte misma los separe.
Así es, dos personas que admiro y que de ellos soy esencia
mis Padres. Ante la enfermedad de mi Madre, mi Padre
no se afasta de su lado, en vigilia constante, tratando de hacer
lo imposible por brindarle lo mejor.
Besos que en su ancianidad están colmados de la magia
del amor de adolescentes, y que por instantes me hacen envidiarles
soñando en un amor que se desgrana en el tiempo
en la esencia del por siempre
que se une en las visicitudes de la vida
y en crecendo va floreciendo hacia la luz de cada amanecer-

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana