sin fronteras ni espacios.
Hasta descubrir que el leve roce de unos labios
sin importar el tiempo ni edades.
Arranca del murmullo del alma un sentimiento
que unien dos esencias,
y encuentran lo que tanto anhelaron.
En toda ellas el placer se da como una malicia
que se asoma, una mirada picara asolapada.
El pronunciar en murmullo un deseo silenciado.
Descubrimos entonces que si del odio al amor
sólo una leve brecha separa álgidos sentires
que decir de la amistad que se abre al amor en fracciones de segundo.
abriendose como el mas sublime sentimiento en una entrega dada sin medida.