domingo, 18 de mayo de 2008

Cúpula de Cristal...

No cambiaria un sólo fragmento de mi vida, por más triste que haya sido el instante que me toco vivir.
Creo que la vida, es la vereda que recorro día a día, aprendiendo de cada evento en el que haya templado mi esencia, mi forma de Ser.
Crecí sabiéndome del signo de capricornio, pero jamás me sentí igual a otros nacidos bajo mi mismo perfil astrológico.
Será por mi Ascendente en Acuario, o será mi signo lunar en Leo, el que da forma a mi personalidad, a mi Yo.
Hija de emigrantes, respetuosa de principios, valores arraigados, tradiciones de un mundo que siento haber vivido en algún instante. Forman parte de los pilares que me moldaron mi aprendizaje.
Cuando miro mi infancia la bendigo por entero, recuerdos hermosos que se mantienen sin que el sepia los haya tornado borrosos.
Creo ser la niña consentida de Papá, los instantes que evoco, palpitan repletos de alegrías y sonrisas el sentarme sobre sus piernas, abrazándole el cuello, comiéndomelo a besos, cada vez que llegaba cansado a casa.
De todos los hombres del mundo para mi, siempre fue el más perfecto de ellos. Y el punto de referencia del que soñé en ese entonces poder encontrar.
Duro de corazón pues muchas fueron las situaciones que le endurecieron, pero jamás la suficiente dureza para resistirse a mis afectos, creo que era puro palabreo eso de ser duro.
Yo lograba permearme ante tanta dureza. Hecho que siempre fue aprovechado por mis hermanas, para ser yo la que siempre solicitara el permiso para algo.
Pues de otra manera, no habría tardes de cine, ni salidas domingueras. Ni el respectivo helado en el Crema Paraíso de Altamira.
De mi Madre guarde la imagen de la mujer educada para eso…Ser mujer de Hogar. Pero que a su vez ayudaba a los ingresos con su trabajo de costura…Así siempre un modelito nuevo a estrenar… Aprendí mucho de ello.
Nunca una discusión, ni una voz más alta…No recuerdo haberles visto pelear jamás… Y si mis Padres lo hayan hecho, jamás fue delante de nosotras. Creo que por ello, evito los lugares dónde la gente se insulta e agrede, o gritan estando en una misma habitación o recinto.
Lo más estricto que recuerdo, era las horas de las comidas…Mi padre no comenzaba sino estuviéramos todos…En ese instante era dónde todo se decía, le oíamos los cuentos y el balance del día. Me gustaba oírle…Aunque siempre fui muy callada…Eso es algo muy peculiar en los capricornianos… Silenciosos y introvertidos de pequeños, todo lo antónimo que se les pueda ocurrir, al alcanzar la madurez.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana