martes, 24 de noviembre de 2009

Cuando hablo de amar


Cuando hablo de amar, desde lo humanamente entendible
abro una caja de Pandora que deambula entre un boulevard y un callejón obscuro.
Es como tratar de entrar en la mente humana
Y esbozar un pensamiento común, inalcanzable de hurgar
Es ver de pronto la desnudez de los árboles en otoño
Tratando de trepar en ellas y resbalar en la humedad de los troncos
Y aún creo que el amor existe en cada pétalo de vida, en el palpitar de mi existencia
Voy en cada paso ligero, hilvanando un sentimiento tratando de disculpar tus desafueros
Que hoy traduzco en cada retallo de mi cuerpo y que solo encuentro razón
En la mirada de rebrotes de los cuales siento sean dádivas celestiales
Hoy me permito construir mil verdades en el mundo de las visiones que me ha tocado vivir
El claroscuro de las memorias van tomando color de arco iris en el presente que abrazo
Fui como un libro abierto desde el inicio y de ti fui descubriendo día a día mil verdades
Que no logre intuir ante mi ceguera de amor, alimentando un manantial de vida en mi mundo color de rosa
Vislumbre el viento en una danza ritual entre mis brazos sin atrapar un solo instante tu sentimiento.
El tiempo fue el libro aprendido del ocaso que se abrió de par en par
Dando paso al invierno entre las sombras de la soledad que nunca existió realmente
Palabras sueltas de silencios callados, consentidos
Mentiras que se hacen verdades y que giran en la claridad del día
Hoy me permito entonar esas notas que brotan a punta del dolor
Y lo que un día fue la fuerza motora de mis brazos abiertos de par en par al amor
No son mas que imágenes que cuelgo en el añil salón de mi memoria
Pues descubrir que para construir un puente necesito dos orillas
Dos verdades palpables. Dos deseos comunes, dos razones poderosas
Para ser un camino de verdades en un trayecto con dos direcciones.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana