martes, 24 de marzo de 2009

Regreso a casa....


Los ocres del otoño
En su viento constante
Las ramas de los viejos arbustos
van deshojando.
Dejando en el camino
las huellas de su paso.
Senda que recorre el tiempo
de mano de la consciencia.
Tiempo de podas constante
penas ahogadas, lágrimas derramadas
Tiempo que no vuelve
para corregir errores vividos.
Es el tiempo en que mi alma
mimetiza y se recoge adormecida
vislumbrando un ciclo vivido,
atesorando recuerdos
despertando del tiempo
para emprender un nuevo recorrido
nuevos amaneceres
que se cubrirán del blanco en el invierno
para despertar con colores brillantes
en mi nueva primavera
será entonces que esos ocres
no sean el signo del envejecer del alma
solo marcaran los matices de la vida
y el inicio del retorno a casa

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana