sábado, 27 de enero de 2018

Escoger la soga justa para subir la cuesta


Creo que jamás hemos deseado construir el camino hacia el fracaso, pero es en el que logramos aprender y reflexionar en que fallamos, en las escojas que hemos hecho. Y aunque no hayamos sido quien tomo la ultima desición, fuimos los que a la final fuimos desechados, como una prenda de ropa que ya no nós gusta.
Y hoy reconozco que el corazón es el peor de los consejeros.
Admiro a quienes tienen la capacidad de barajar sus ideas claras, a lo que pretendan y deseen.
Los deseos se pierden en el camino, como el camino se convierte en una cuesta abrupta cuando aún creemos que la fina soga nos ayudará a trepar la cuesta.
Soy ese género de persona que como muchas creemos en los cuentos de hadas con finales felices, pero no pasa de ser sentimientos platónicos, cuentos que como humo se desvanecen desde el mismo momento que ascienden.
Y no es por tener muchos o pocos fracasos que logramos mejores escojas, hemos de caer una y otra vez en los mismos fallos, porque simplemente creemos en las personas, en los nobles sentimientos. Creemos que seremos los afortunados y uno más de los protagonistas de esas historias que se construyen juntas hasta que la muerte los separe.
Y que doloroso es vivir una y otra vez este sendero lleno de altibajos, de obstáculos que ante nuestra visión turbia nos torna un paisaje espectacular en un día de tormenta.
Me gustaría ser una persona calculadora, efímera, fría, y que practicara el YO en todas las posiciones posibles, que solo conjugará las formas verbales unipersonales Yo…., Yo….. Pero tendría que nacer de nuevo y sobretodo en otro entorno, en otra familia, pues la única referencia que conozco es la de mis Padres, que hasta el ultimo de los alientos EL estuvo al lado de ELLA, Y ante su partida lo único que deseo fue ir a su encuentro, y su deseo más silenciosamente estridente se hizo realidad. Al año de su muerte, el cerro sus ojos también para ir a su encuentro.

Bueno no todo es lo que parece…Allá estará el momento donde no recordemos el dolor de las heridas. Y nos continuemos preguntando y repitiendo la misma historia. Porque creo que solo amábamos lo que queremos amar.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana