domingo, 4 de marzo de 2012

Complacida.

Vuelve el camino, en su color y el tiempo de primavera
Aunque aún quedan las huellas de un invierno no tan riguroso
Pero que de igual esa abrupta y escasa nevisca
quemo las frágiles hojas que comenzaron
a surgir entre las ramas secas a destiempo.
Sonriente más aun sonrosado trata de despertar el sol
Queriendo rasgar el cielo, abriendo sus rayos
cuan brazos que abrazan a tiempo lo que el destiempo improviso de primavera.
Quedar en el olvido jamás fue deseo de quien pareció morir
contemplo serena desde mi jardín florecido
las aves en vuelo, los peces en mi pequeño estanque
Y si en este instante alguien me convidara a un paseo
Apenas y cortésmente diría, no quiero.
Pues no hay mayor placer que mirar mi jardín florido.
Algo que aprendí a mirar en las ramas secas
Son los brotes que encierran la vida, y cuando llevo
Ese principio a la vida no es de asombrarme
La capacidad humana de recrearse, de renacer, de resurgir
Hoy apenas quiero quedarme contemplando
Mis geranios, mis peces, mis aves
Ver como vienen hasta la vasija de comida que les puse
Miran inquietas como preguntando podemos comer,
Y cuando se sienten seguras no dudan en hacerlo.
Hoy el sol parece que desea romper el cielo
Y sus leves rayos abrazan para hacernos olvidar el frío que durante semanas
Nos encerró en ropajes.
Seguiré cruzando el puente, mil puentes no importa
Pero lo que jamás dejare de hacer es de aprender
De los ramos secos, del árido paisaje que parece muerto
Pues el esconde el palpitar de la vida y un ciclo vital.

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana