Serra da estrela (Linhares da Beira) Portugal
Vuelo sin alas de ave, con la piel arropada por la libertad del viento
Avisto la inmensidad del mundo, dejándome llevar por las corrientes
Planear libre, contenida en lo alto, sin ataduras solo yo y el infinito.
Mi mundo, ese mundo que en el contemplo inmenso y desde lo alto
Dejo que mi mirada quede impregnada de su total belleza
No hay límites, ni fronteras, solo un preludio de hermosa belleza
La libertad de saberme parte de este planeta, de este universo
Desde esta perspectiva nada es imposible, no hay diferencias
Todo está envuelto en la inmensidad, parte de este todo
Que dejamos carente de valor e importancia.
Suelo disfrutar del pisar firme en tierra, pues me siento protegida
En ocasiones ahogada por los límites que nosotros mismos nos imponemos
Pero en el vuelo libre cual pájaro, el alma se llena de esplendor
Libertad, arraigo, desapego, adrenalina que se traduce en placer
En ese placer de sentir el vuelo del cóndor, o la amplitud de la gaviota
Sentirse águila extendiendo sus alas, a la conquista de un lugar más alto.
Un sueño que se abraza desde lo que prejuzgamos imposible de lograr
Esbozar una forma de vivir dónde sólo cuenta nuestras acciones.
Donde cada instante una corriente arremete contra nosotros
Y en instantes podemos manejar situaciones sin alterar el curso de la vida.
Es mirar un todo en un espacio dónde solo las aves conocen el lenguaje
Y el placer de planear en la inmensidad del cielo.
Avisto la inmensidad del mundo, dejándome llevar por las corrientes
Planear libre, contenida en lo alto, sin ataduras solo yo y el infinito.
Mi mundo, ese mundo que en el contemplo inmenso y desde lo alto
Dejo que mi mirada quede impregnada de su total belleza
No hay límites, ni fronteras, solo un preludio de hermosa belleza
La libertad de saberme parte de este planeta, de este universo
Desde esta perspectiva nada es imposible, no hay diferencias
Todo está envuelto en la inmensidad, parte de este todo
Que dejamos carente de valor e importancia.
Suelo disfrutar del pisar firme en tierra, pues me siento protegida
En ocasiones ahogada por los límites que nosotros mismos nos imponemos
Pero en el vuelo libre cual pájaro, el alma se llena de esplendor
Libertad, arraigo, desapego, adrenalina que se traduce en placer
En ese placer de sentir el vuelo del cóndor, o la amplitud de la gaviota
Sentirse águila extendiendo sus alas, a la conquista de un lugar más alto.
Un sueño que se abraza desde lo que prejuzgamos imposible de lograr
Esbozar una forma de vivir dónde sólo cuenta nuestras acciones.
Donde cada instante una corriente arremete contra nosotros
Y en instantes podemos manejar situaciones sin alterar el curso de la vida.
Es mirar un todo en un espacio dónde solo las aves conocen el lenguaje
Y el placer de planear en la inmensidad del cielo.