viernes, 8 de julio de 2016

Silencios.

Niebla que acorta el horizonte
me impide ver mas allá de su cuerpo voluminoso
es mi saber y mi certeza que me dice que más allá de ella
esta la montaña que veo día a día.
Cuando admiro la noche despida
y las estrellas que titilan a lo alto
estoy convencida que más allá de lo que logro ver
está un sol radiante de amanecer,
un sol alto de medio día y un sublime ocaso
Cuando la tormenta arrecia, no es que después entra el sol a brillar
es que siempre ha estado presente.
Y es así que quiero mirar el largo camino de mis días
y aunque todo parezca repetible
se matiza de diferencia
que solo la minúscula observancia hace evidente.
Puedo pasar al lado de un árbol cada día.
Pero nunca esta igual, porque aprendí a sentir su palpitar.
El esta allí anclado a sus raíces y acepta los cambios
se viste de primavera florida, de verdor de verano,
despoja su ropaje en otoño y se renueva cada invierno.
Es su ciclo natural. Es su tiempo preciso y exacto.
Silence at Down, uno de mi temas preferidos
me gusta escuchar música Reikiana,
cerrar los ojos, sentir el levitar de mis pensamientos
llenar el pecho de aire renovando mi energía interior.
Aprendí a dejar las cosas, para ir al encuentro del vacío.
Ese vacío que esta cargado de esencia.
Ese vacío repleto de silencio, dónde el sonido es apenas perceptible
en el balbuceo de mi monologo interior.
Ese vacío que ver pasar los pensamientos, sin aferrarme a ninguno.





Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana