Un domingo como
mañana hace 34 años hice a un lado mis sueños de niña, para abrazar un nuevo
ciclo en mi vida.
Una promesa que a
lo largo del tiempo se desmorono y de ese tiempo compartido alcance sueños, subí
montañas, tambalee, dude, descendí, me aferre, luche intensamente, pero ame con
la misma intensidad, como ímpetu hay en la furia del mar, y luz en el infinito,
creo que nadie podrá decir que no hice mi parte. Que no me entregue plenamente,
de alma y corazón.
Hoy pudiera no abrazar
con tanta nostalgia esa aventura de 24 años vivida, pero hay caminos que se recorren dos veces, creo
que ellos buscan que aprendamos algo, una lección de vida talvez. Y una vez más
el camino se volvió arenoso, y se dificulta el caminar.
Y vuelvo a surcar
una aventura en las aguas del mar del norte, un compromiso que abrace con
intensidad, creyendo en que el amor, estaba hay como segunda oportunidad, pero
que no sería tan real pues se desmorono, jamás fue un sueño a dos, más si un
contrato mercantil donde una de las partes no satisfago a la otra, no vislumbro
futuro, y sin tener nada exigía igualdad.
Hay quienes no
abren su alma y no son capaces de contar sus historias, mismo que hagamos de
ellas personajes anónimos. Por miedo a lo que puedan decir o pensar los demás.
Unos dicen que desnudar nuestra vida al público es sinónimo de peligro, yo más
bien creo que desvendar caminos, nos ayuda a saber que no somos solo nosotros
que han visto en un segundo sus sueños desmoronarse, y que hay que forjar
fortaleza, para levantarnos y seguir caminando.
Pues nada termina
realmente apenas se transforma. Hoy así como el día, no veo, la luz del sol, y como la cabra de la
montaña busca la roca alta, dobla sus patas, y se hace pequeña e
insignificante, mirando el horizonte. Yo me refugio en el letargo, arrullada
por le presencia de quienes traigo a mis recuerdos, y abrazo en la distancia
permitida.
Saber que fui, y
hoy apenas soy, que sonrío a diario y a la vez sollozo. Prefiero escuchar y
alentar antes de ser confortada. Prefiero silenciar la rabia, pues no consigo
ser cruel. Formas extrañas de amar que no comprendo. Pues apenas conozco una.
Una entrega, una lucha, una razón, hoy solo esta quien realmente desea estar.
He cerrado
algunas páginas, otras permanecen aletargadas, otras apenas siguen en abierto,
pues hasta hace apenas unos días creí que pudiera volver a reescribirlas, pero
debo aprender que la eternidad es apenas una palabra, y que le hemos dado el
significado de tiempo que jamás acaba. Somos tan hábiles y letrados con las
palabras, y tan crueles a la vez. Sabemos conquistar imposibles, pero realmente
somos tan miserables en lo que a humanidad se refiere.