Existe un esbozo
en tus miedos, y en tus inseguridades.
Existe un motivo que solo tú desnudando tu alma, puedas encontrar. Seria hora
que fueras desarropando tu alma y tu corazón, para afastar de tu esencia los
demonios que cohabitan con tus sueños y metas.
Los temores viejos tiene la agilidad de minimizar las
cosas buenas que vayan surgiendo en tu día a día. Afastando una casa llena de
luz, en la penumbra y en la tiniebla que todo obscurece.
Pides un mañana
de seguridad….La vida es una ruleta abierta de ventanas expuestas, dónde solo
logras mirar su interior si te asomas, solo penetras si logras entrar.
Pides igualdad,
manos llenas para recibir mientras las tuyas se han mantenido de palmas al
suelo. Cada día la ocasión te ha proporcionado la paz, pues no existían
compromisos que reclamaran tu obligación.
Te olvidas que
todo camino se hace paso a paso, y la cuesta solo la subimos mirando de frente
la montaña, es el comienzo, es el inicio.
No coloques en la espalda de nadie la mochila que debes de transportar a
lo largo de tu camino.
Afastaste el crepúsculo y le diste la espalda
a la alborada. Invierno inclemente que
marchito de frio las flores del jardín. Mismo que su esencia se encuentre
asiente en tierra. Nunca serán las mismas flores. Serán brotes nuevos en
primavera.
Por más similares
que sean tus temores siempre serán inmensos antes los mendrugos de los temores
ajenos, porque solo nuestra mirada tiene peso y medida. Correr en solitario es
un arduo trayecto.