Alguien me pregunto un día sobre mi religión,
quede silenciosa mirándole a los ojos.En cada frase que decía sentía que largas horas de lectura
precedían esas charlas.Manejaba con fluidez cada versículo de la Biblia
sin embargo ello no me perturba, creo que las personassomos libres de escoger la lectura predilecta.
Hablaba de la Fè, de la creencia que sentìa por Dios,de su enorme experiencia como cristiano.
Pero aquel Hombre, vivía muy cerca de mí,y yo me preguntaba como podía hablar de manera tan
inversa a lo que vivia.Cuando salí de la reunión, me llamo pues
se sentia imprecionado en como le oia con atenciònseria que cada frase entraría en mi alma, para hacerme más devoto.
No pude silenciar el deseo de expresar lo que sentia.Amigo cuando quieras mostrarme la fe que tienes en Dios,
no me recites el Credo y menos aún los versículos en los cuales habla de su existenciamuéstrame como vives realmente, como amas a los tuyos bajo el techo de tu hogar.
No me hables de cuanto vas a seminario y te preparas en teologìamuéstrame como vives en la calle.