jueves, 21 de agosto de 2008

Más allá del ocaso....

No sólo sentada frente al ocaso he percibido el tiempo detenido por instantes,
permitiéndome visionar su contenido como aprendizaje de la vida.
Cuando se aprende más que a mirar, a contemplar las formas, las sensaciones,
cuando aprendemos a mirar tras las siluetas, las razones de sus ondeantes contornos.
Aprendo a que no solo la belleza es producto de la Naturaleza
muchas veces esa belleza es fruto de la resistencia a las inclemencias del tiempo
A las envestidas del viento, a las carencias del suelo dónde se entrañan las raíces.

Si me acerco y contemplo silente, puedo ver que se ha luchado con vehemencia
para mantenerse vivo, altivo, deslumbrante.

Así he podido aprender que lo importante no es quien llega primero a la meta.
Más si el que trás sus luchas personales llega al fín a su meta,
sin dejar de ser el guerrero de sus sueños.
Como las ramas onduladas de um árbol que pareciera negarse a crecer al infinito
para aferrarse al suelo como raíces aún.
Pero que en su lucha por existir va permitiendo brotes de hojas,
sin darse cuenta que son ramas que se abren al cielo.

sábado, 16 de agosto de 2008

Bordear caminos recorridos.

Un amanecer lluvioso en un día de verano
un salir al jardín trasero en casa de mis Padres
me lleva a sentarme, y contemplar la humedad
del jardin, ese olor a tierra húmeda que me hace
esbozar sueños que comienzan a dejar de ser quimeras
detenidas en el tiempo.
Ese contacto con mis raíces, entre mimos, y afectos
gente que al cruzarse en mi recorrido
por las viejas calles de piedra
me saludan afectuosas, preguntándome por los míos
que deje en mi país de residencia.
Es el cruzar de tiempos distantes ya vividos
el abrazo de afectos que brotan
de una cotidianidad compartida
Muchos de ellos, ya no estan presentes,
otros los años les han cubierto
los cabellos del blanco maduro,
otros caminan ya lentos apoyados
en un brazo o bien en su bastón.
Cuando me miran, me hacen sentir joven,
pues me dicen con cariño
que los años no pasan por mi.
Creo que sus miradas me observan desde el sentir afectuoso
Es placentero salir y caminar por las calles empedradas
sentir el frescor en cada amanecer, de esas piedras usadas
en los muros linderos de una ciudad pequeña.
Mis padres aún vivos, se sientan a mi lado contándome
repetidamente las mismas historias,
yo tan sólo más que escucharles les oígo,
con el placer inmenso de poderles ver y estar en ese instante
Ambos con sus cosas de viejos de 83 años,
pero llenos de ese Amor que les une cada día.
De esa magia envidiable, que muchos deseariamos tener.
No importa la edad cuando el deseo esta presente,
y ellos han sido lección de vida para mi.
En su ocaso aún tiene el brillo presente de las miradas,
aún se besan con la candidez del primer día,
con la fortaleza de lo que sienten
con la certeza uno en el otro
de llegar unidos hasta el final de sus caminos.

sábado, 9 de agosto de 2008

Una historia de hadas en tiempos reales.

En cada recorrido, voy mirando el trayecto
de una vida que deseo que se mantenga en lo mas alto de mis sueños.
Creo que ese deseo de ser y seguir siendo, lo que siempre he sido hasta ahora.
La eterna soñadora, que vislumbra en el caminar silente
la esperanza, y si de la nada logro esbozar un sueño
pues será en el, dónde concentre mi atención,
para luchar en cada amanecer porque el mismo sea palpable.
He mirado rostros y en cada uno de ellos
he tratado de encontrar la esencia de sus sentimentos.
Pero en este instante dónde me encuentro con mis raíces,
he podido palpar una forma de Amar, tan hermosa,
que parece arrancada de un cuento de hadas.
Una hermosa historia de dos seres
unidos por el lazo fuerte del sentir, fieles testigos
del significado del concepto de Amar.
Rien entre ambos de sus picardias secretas
sufren unidos cuando uno de ellos adolece.
Tratan de ser, siendo lo que siempre han jurado ser
Unidos hasta que la muerte misma los separe.
Así es, dos personas que admiro y que de ellos soy esencia
mis Padres. Ante la enfermedad de mi Madre, mi Padre
no se afasta de su lado, en vigilia constante, tratando de hacer
lo imposible por brindarle lo mejor.
Besos que en su ancianidad están colmados de la magia
del amor de adolescentes, y que por instantes me hacen envidiarles
soñando en un amor que se desgrana en el tiempo
en la esencia del por siempre
que se une en las visicitudes de la vida
y en crecendo va floreciendo hacia la luz de cada amanecer-

Renacer en el Ocaso...

Renaciendo en el Ocaso, es parte de una vida que necesitó plantearse… ¿Qué hago ahora con lo que tengo en mis manos?
Jamás diría, comenzar de nuevo o partir de la nada…Pues quien ha vivido 45 años, jamás puede partir del punto cero.
Cada persona que enfrenta una situación álgida en el recorrido de las sendas de su vida.
Siempre recomenzará, planteándose una nueva forma de ver y de vivirla, más nunca comenzará de nuevo.
Pues cada quien lleva en si las huellas que se fueron tatuando con el tiempo, sus recuerdos, sus fortalezas, sus debilidades, su aprendizaje, su entorno.
Para comenzar de nuevo, sería necesario nacer de nuevo. Y eso no es posible.
Porque renacer en el Ocaso y no en el alba… Porque es en el Ocaso dónde solemos aventarnos a los recuerdos, reposar el cansancio, meditar y contrapesar situaciones.
Así que dejaré el alba para iniciar mi trayecto en ese Universo llamado Vida.



María Lasalete Marques

Orgullosa de ser Venezolana